YayBlogger.com
BLOGGER TEMPLATES

jueves, 20 de agosto de 2015

Contigo.

Puedo verte.
Desayunarte con la mirada.
Te veo dormido al otro lado de mi cama.
Veo a ese chico que hace unos meses era mi amigo.
Nunca me imaginé despertandome contigo.

La angustia regular en el pecho hace horas no la siento.
Me diste un beso y todo se calmé por dentro.
Encadenaste a la bestia suicida que llevo por decreto.
Con tu dulzura y ternura, como sacadas de un cuento.

Pasan las horas y sé que te irás al trabajo.
No quiero dejarte ir y me acurruco más a tu lado.
Estiro mi mano y la coloco en tu pecho.
Los latidos son reales.
No.
Esto no es un sueño.

Trabajador y organizado.
Somos tan diferentes.
No sé que haces conmigo, quizás sea algo inconciente.
Te veo tan hombre y a la vez tan inocente...
Tengo medio a herirte por mis idioteces indecentes.

Mierda, ya son las cuatro y no dormì nada.
Velé por tu sueño y me quedé desvelada.
Prefiero no estar despierta en unas horas.
No quiero contemplar que te vayas.
Y yo me quedé aquí sola, sola y mirando la nada.

Te abrí la puerta.
(Maldita puerta, ojalá no existieras...)
Te regalé unos besos.
(Mierda, ojalá mis labios tuvieran pegamento...)
Te fuiste...
(¡Puta distancia! ¿Para qué volviste?)

Me acurruqué en la cama.
Vaciá a la vista.
Llena por tu ausencia.
Me taladro la cabeza pensando que el Sábado será mi anestecia.
Pero no puedo.
No quiero.
Esperar se me hace eterno.
Quiero secuestrarte y crear un mundo que sea nuestro.
Tener la casa, el gato y los tres perros.

Para que seas feliz doy todo.
Hasta mi propia vida.
¿Pues qué sentido tendría la misma si no estás para compartirla?
¿Qué sentido tendría sin tu voz en la mañana?
¿Qué sentido tendría sin tus ojos mirando a los míos?
¿Qué sentido tendría si no me quitas el frío?.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Es una mierda...

Hay cosas de mí que no comprendo.
No comprendo por qué estoy escribiendo esto, no comprendo por qué mierda voy a hacer una catarsis sobre tu persona cuando hace unos días nos sentamos en el patio contandonos que ya está todo asumido.
Que ya no hay nada de lo que una vez hubo. 
O de lo que yo pensé que hubo.
No comprendo por qué ahora que estoy feliz con alguien más se me viene la brillante idea de repasar cada cagada que vos y yo nos mandamos el uno para el otro.

No comprendo como pude creer que eras mi héroe, que iba a durar, que iba a ser lo mejor de mi vida, que no se iba a terminar de la peor manera.
Pero pasó, todo lo que no quería que pase. La apuñalada al corazón, la taquicardia, la punzada, la garganta adolorida por el llanto, los ojos llorosos y mi sonrisa fingida de ''No, tranquilo, está todo bien''.
La primera sonrisa fue de ''No, tranquilo, está todo bien''.
A la segunda vez que sucedió esto fue ''Bueno, hacé lo que quieras. Andá a cagar''.
Yo no sé si es que de verdad querías ordenar tu cabeza, sí es por mi y no por vos, sí es por vos y no por mi o sí es lo que todo el mundo dice y ya tenías otra persona en la mira. 

Capaz no tenías ni la más puta idea de como despegarme de vos.
Capaz yo no tenía ni la más puta idea del ''Por qué'' me pegué tanto a vos.
Seguramente algunos dirán que nos alejó nuestra forma de ser.
Que somos distintos.
Pero por desgracia sabés (y yo lo sé) que soy casi tu calco.
CASI.
Y por ese ''CASI'' me refiero a que yo no pondría excusas pelotudas para alejarte.
O esperar a que vos te canses de que yo ya no sea la misma de antes.
Igual eso no fue lo que nos alejó.
Nos alejamos porque se te cantaron las bolas.
Porque era el momento.
Porque no sos para mí ni yo soy para vos.

¿Seremos amigos después de que te cuente que a las semanas que me dejaste de manera definitiva llegó mi salvador? ¿Y que ese salvador NO SOS VOS? ¿Que ahora todas mis amigas, amigos y familia te consideran el villano mientras yo te defiendo?.
Al final me parece que la heroína de este cuento de hadas tan de mierda, fui yo.
Pero me cansé.
Me cansé de pelear por alguien que no quiere que peleé con él.
De alguien que ahora que se da cuenta que me está perdiendo, intenta acercarse todo lo que no se acercó en estos meses que me había tenído como pareja.
Te diría que sos un forro. Un pelotudo. Un idiota. Que sos lo peor.
Pero me mentiría a mi misma.
Porque te aprecio. Y eso, eso es una mierda.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Nonita guerrera. ~

Nona, yo sé que muchas veces no nos entendemos.
Que soy una distraida.
Que soy vaga.
Que parece que a veces, todo me da lo mismo.
Pero no es así.
Quiero que sepas que pienso y que siento.

Siento frío si no tengo esos abrazos que me das.
Siento tristeza de solo pensar que no sos eterna.
Siento miedo de perderte sin decirte estas palabras.
Siento preocupación cada vez que vas al médico.
Pero más que nada, siento ORGULLO.

Orgullo de cada cosa que me enseñaste.
Orgullo de cada reto.
Orgullo de cada lágrima que dejaste caer.

Orgullo porque a pesar de haber pasado las mil y una.
Quedaste en pie, esperando otra cachetada.
Decís que no servís para nada.
Y eso me da rabia.
Porque servís y mucho.
Abue, sos una guerrera.
A pesar de perder amigos, marido, hermanos y conocidos...
Estás en pie, luchando.
Siempre me tuviste como una reina.
A mí y a todos tus nietos, tus nietos del alma.

¿Decís que no servís?
Quiero que sepas que quiero ser la mitad, aunque sea, de lo que sos.
Me enseñaste valores, me enseñaste a ser limpia, ordenada, pero eso hoy pasa a segundo plano.
Me enseñaste fortaleza.
Me enseñaste que por más años que se lleve a cuestas, se puede seguir.
Me enseñaste humildad.
Me enseñaste amor.
Me enseñaste bondad.
Me enseñaste todo aquello que a veces pienso que en este mundo no existe.
Hasta que te miro a vos y noto que sí existe.

Abuela, darte las gracias es poco.
La vida no me va a alcanzar para agradecer.
Pero gracias por ser una guerrera.
Gracias por no bajar los brazos.
Gracias por cuidarme.
Gracias por amarme.
Ojalá sí fueras eterna.

Tu Totona. -

domingo, 13 de julio de 2014

Punto y aparte. ~

No eh visto amiga que apenas se levante, no corriese al baño a maquillarse.
No eh visto amiga que no use vestido.
No eh visto amiga que sea guarra, guarra para todo lo que implica la palabra, guarra con todas las letras.
No eh visto amiga que sea ''dulce y amarga'' a la vez.

Como dije toda mi vida que la opinión ajena me pasa por un oído y mesale por el otro. Es así de hecho.
Pero hay cosas que se opinan de mí, que me llaman la atención.
Cosas que yo opino que no son así o por lo menos, no tan así.

Algunas son:

- ''Eres libre y respetas la libertad de otros.''
Es irónico, yo me siento en un cine, donde se repite una y otra vez la misma película de poca monta, mi rutina. El levantarme, estudiar, volver caminando inmersa en mi propio mundo, soñando que algo cambia. Llegar a la puerta de casa, sacar la llave y que apenas las toco, pensar ''Aquí va el regaño de mamá por llegar tarde.''
Todos los días de semana eso.
Y los fines de semana, a pesar de terminar con mi novio hace unos días atrás, es igual. Esperar a una hora exageradamente tardía para que él llegue, salude y hable un poco con mi madra mientras me molesta al mismo tiempo, apretandome los cachetes o dandome golpecitos en la cabeza. Irnos y caminar mucho para tomar el bus e ir a su casa. Llegar sin saludar a sus padres, porque ya duermen. Subir la escalera, a veces ver a mi cuñada fumando. Fumar con ella mientras charlo.
Ir a su cuarto y ya de manera predeterminada tirarme de un brinco a la cama. Quitarme el calzado, él lo mismo, luego se va a su computadora y allí se queda un rato mientras charlamos.
Que venga, hacer lo nuestro, charlar luego y así se repetirá la secuencia hasta que se canse y diga:
''Bueno, a dormir se ah dicho.''
¿Libre? No soy libre ni de mi propia rutina, tío.

- ''Eh visto cosas extrañas, pero nada como tú. Realmente eres distinta a otros, un punto y aparte en las chicas. Piensas como chico mayormente, pero no te hace perder la gracia femenina.''
Tío, esto lo resumo. Lo más femenino que tengo son las tetas y que me pinto las uñas.
Eso de resaltar... Ni me va ni me viene, es solo algo. Algo que a mi parecer, ya ni es tanto como dicen.
Todos piensan que es por moda, por las simples ganas de ser otra. Sí eso quieren creer, vale, será eso.
Sí quieren creer que es porque nací así, vale también.

-''Cuantas veces me eh quejado de mi novia, porque corre al baño a maquillarse apenas se levanta. Pero tú ni te quieres maquillar. Eso es mejor.''
Me llama la atención. Hay hombres que sí la mujer no se maquilla para ellos, se ofenden o la creen ''poco femenina''. Es chistoso que les guste lo que mis amigas detestan de mí.
A mi me maquillan mis amigas.
Yo con estar bañada, fresca y un poco feliz, me conformo mucho. No me veo a mí misma como un espantapajaros sí no me maquillo. Es más, siento que me ven tal cual soy.

-''Eres tan irónica que ya no sé ni cuando me dices la verdad o cuando estás diciendo un sarcasmo de la vida cotidiana.''
Comprendan que el sarcasmo lo útilizo con otro tono.
Mi voz cambia, no es tan difícil, joder.

-''A pesar de las pintas y ser mal hablada muchas veces, eres tan sutíl como un colibrí.''
Colibrí... Vale.
Por lo menos es un bello animal.
¿Las pintas que tienen?
¿Lo son todo, acaso?
No sé como se fijan tanto en eso, jo.
Es como no comprarte un buen producto solo por el color del mismo.
No llevo pintas de guarra por lo que sé.
Pero tampoco sé que tipo de pintas llevo.
Solo oígo ''Ay, tía, que pintas traes.''
¿Será el pelo despeinado y al viento? ¿Será mi cara de no comprender el idioma que la gente habla? ¿Será acaso que tengo un cuerpo imperfecto, pero según todos, que tiene todo en ''su lugar''?
¿Será la ropa? ¿La camisa? ¿El pantalón? ¿La falta de faldas? ¿Las zapatillas? ¿La mirada fulminante?
¿Cómo son las pintas que llevo?.

A veces pienso que coño es lo que me ven de atractivo, que hace que me vean como bicho raro pero interesante, que hace que mi nombre se conozca en varias bocas, que hace que sea esa que nombran por lo bajo.
Yo no sé. No me creo nada, nunca me creí nada, ni lo que dice mi madre.
¿Será mi actitud de guarra desarraigada? ¿Será el no correr en las mañanas a maquillarme?
¿Será que sí soy un punto y aparte?

miércoles, 18 de junio de 2014

Petita Meva. ~

Recordo quan ens acomiadem.

Tu et anaves lluny de mi.

Jo em quedava aquí.

Buenos Aires i Barcelona es connecten després d'un telèfon.

A continuació després de internet.

Aprendre a escriure només per parlar amb mi.

A les nits que vaig passar, només volia estar amb tu.

¿Que et conte petita?

Em sembla una injustícia.

Una xavala tan petita.

Connectada a cables.

Cables que sense ells, segons explica la penya

Seria impossible que respiri o parli.

tingués ales, volaria a Barcelona.

Per donar-te una abraçada, saps que ets lluitadora.

Em fa tanta pena, tot just entiedes que passa.

Per què mare i pare ploren, per què estàs to 'el dia tancada a casa.

Jo sempre et vaig dir que eres una nena forta.

Mai pensis que la teva fe no és prou.

Que mai tinguis por, ni et posis malament.

Sempre amb el dolent, alguna cosa bona arribarà.

Però jo no sé que fer.

Només encert a plorar.

tan sols fos com tu.

O tan sols la meitat.

La distacia em separa d'una nena bonica.

Que pateix una malaltia tan verinosa.

A vegades penso'' només em passés a mi ...''

'' Així d'aquesta manera ella no hauria de patir''.

Ella hauria d'estudiar o jugar.

No estar tot el dia ficada a l'hospital.

¡Cancer, covard! Vine! Per què no em ataques?

Deixa aquesta nena, Que et va fer ella?

Li esborres el record d'una infància bonica.

 
Petita meva, mai deixis de lluitar.
Són molt pocs anys per haver de plorar.
Vull que siguis fort, també pacient.
Ja veuràs que a Barcelona algun dia arribaré.

jueves, 27 de marzo de 2014

Murguita de mis amores.

Bombo por acá.
Bombo por allá.
Gente bailando, que parece volar, porque apenas toca el suelo.
Chiquitos riendo.
Grandes riendo.
Espuma de carnaval por todos lados.
Coreografías hermosas y por sobre todo, color y alegría.

Ver a la murga era mágico.
Y siempre decía:
''Mami, quiero estar ahí.''
Un día, por hartazgo, mi mamá dijo que sí.
Juro que salté por todo el barrio.
Que digo salté, volé.
No tocaba el piso.
No existía el suelo.

Recuerdo que Los Pecosos de Floresta practicaban en mi plaza favorita.
Recuerdo que mamá me llevó a mi primera práctica.
Todos mis nuevos compañeritos de murga me decían:
''¿Y? ¿Estás nerviosa?''
¿Nerviosa? ¿Que son los nervios?
Yo estaba con toda la energía en el cuerpo.
Con una sonrisa que no cabía en mi carita.
Mi respuesta a lo de los nervios fue:
''No, solo quiero saltar. Es alegría.''

Lo único hermoso de cambiar de año, era saber que en poco tiempo, volvía la murga.
Volvían los bombos.
Volvían los bailes.
Las luces.
La adrenalina.
Las risas.
La recorrida por los barrios.
La espumita, que ahora yo no tiraba, sí no que esquivaba para poder seguir bailando y no resbalar.

Pum, pum, pum.
El bombo y los platillos te marcaban los pasitos.
El chiflido del silbato indicaba los saltitos.
Los profes a nuestro lado, guiandonos.
No sé, fueron días para no olvidarme más.
Y sé perfectamente que no lo voy a hacer.

Los pasos se recuerdan.
La música se tararea.
Y el amor no se olvida.

Guriza. ~

Me acuerdo de caminar, muy despacito por todo el patio de mi abuela.
De ver los árboles, de jugar con mi perro, de sentarme a leer los enormes libros de mi abuelo, esos que hoy en día, no parecen tan enormes.
Me acuerdo cuando el mundo me parecía inmenso y solo quería llegar ahí, donde se escondía el sol.
Me acuerdo de cuando era una guriza. 
Que tiempos aquellos.

Hoy en día soy una adolescente, más considerada como una mujer.
Hoy en día el mundo ya no me parece tan inmenso, sí no que ahora es un pañuelo.
Hoy en día no tengo que pedirle ayuda a mamá para poder bajar los libros del abuelo del estante, no tanto porque estén altos, sí no porque son pesados.
Hoy en día tengo una perrita y no a mi fiel amigo Lobo, ese ovejero alemán de la infancia.
Hoy en día camino despacito por el patio de mi abuela, pero sin el andador con el que la perseguía.

De guriza, me gustaba escuchar las historias del abuelo.
Amaba levantarme a la mañana para ir a estudiar y sí lo hacía sola, me sentía más que orgullosa.
Ir a desayunar era una aventura de dragones, espadas, príncipes y todo lo que se me ocurriese en ese corto trayecto de mi cuarto hasta el comedor.
Los compañeritos de colegio, si bien eran molestos, también eran buenos jugando al Pato Ñato conmigo.

Actualmente, las historias de mi abuelo se callaron para siempre, ahora no son más que el eco que rebota en las paredes de mi memoria.
Ahora detesto levantarme, siempre mato al despertador de un golpe. Gasto más en despertadores que en comida. Y sí me despierto sola... Da igual, es una obligación.
Ir a desayunar ya casi ni me es frecuente. A lo sumo y como mucho, desayunaré en el Profesorado, si es que tengo el dinero necesario en los bolsillos y no lo gasté en cigarrillos con anterioridad.
Ya a esta altura de mi vida, no voy a estudiar para hacer amigos, sí no para graduarme de una buena vez. Al que le caiga bien, genial. Al que no, me da igual.

Cuando me dieron mi primer beso, fue algo raro. Primero era asqueroso, después fue torpe y terminó siendo raro.
Antes, me sentía chiquitita, muy chiquitita. Todo era enorme, era otro mundo. Casi no conocía la calle, solo la vereda, donde mi abuelo, a la izquierda, le cebaba mates a mi abuela que a su derecha, leía el diario. Los dos tirados en su reposera. Yo, jugando con el perro en solerito y haciendo que suenen lo más posible mis zapatitos de charol, que tanto reclamé.

Hoy en día, colecciono tantos besos que ya muy pocos me asombran realmente o me devuelven el sentimiento del primero. Lo único que me causan es extrañar esa torpeza al juntar los labios.
Mi abuelo murió, ya no nos ceba los mates. Mi abuela ya no sale a la calle, por la inseguridad que hay. Yo recorro la vereda sola, para ir al trabajo, luego al Profesorado y en algún fin de semana, salir con mi novio para dirigirnos al Centro de la ciudad, donde la vida nocturna nos espera.
Los vecinos ya no sacan las reposeras. Ni siquiera un banquito.
Y para colmo de colmos, ya no me quedan los zapatitos de charol, esos por los que tanto lloré y que una navidad, me regalaron por pasar a primer grado.

Ahora sí quiero algo, tengo que ir a buscarlo.
Ahora sí me lastimo, mamá no me cura la rodilla con magia.
Ahora sí estoy aburrida, no juego con mis amigos imaginarios.
Ahora sí me duele algo, tengo que ir sola al médico. 
Ahora sí me lastiman el corazón, mis amigos me limpian las lagrimas, no papá.
Ahora sí me gusta algo, tengo que ahorrar 3 meses de romperme la espalda en una silla para tatuajes y comprarlo. Está todo caro.
Ahora yo, me siento un bicho raro, porque de mi casa, muchas veces sale el sonido de un Tango de Gardel y no el nuevo tema de Pitbull.
A veces siento que pierdo a la nena, a la guriza que supe ser y que tan bien llevaba el papel.
Ahora solo sé trabajar, estudiar y disfrutar lo más que pueda.

Pero hay una costumbre de esa guriza que fui. Una que perduró.
Mirar el paisaje, admirar lo pequeño que hace a la vida en este planeta más grande.
Eso de pensar que estarán haciendo los demás mientras yo escribo estas lineas tan melancólicas.
Por suerte la guriza, me mostró señales de vida.

Quiero volver a 1995.